domingo, 22 de mayo de 2016
Investigadores desarrollan baterías y células solares estirables que se pueden aplicar a la piel como tiritas
Los científicos no han dejado piedra sin mover para encontrar la manera de explotar la electrónica en sistemas efectivos para utilizar en dispositivos portátiles, tales como telas o zapatos. Un ejemplo de ello, es el trabajo realizado por investigadores del Departamento de Ciencia de Materiales e Ingeniería de la Universidad de Illinois, desarrollando baterías blandas que pueden ser estiradas y células solares que son lo suficientemente delgadas como para ser aplicadas a la piel humana como una tirita. De acuerdo con el Procedimiento de la Academia Nacional de Ciencias, las baterías y las pilas están dispuestas como un conjunto de componentes, delgados (2,5 milímetros), que están interconectados entre sí.
Esta matriz está incrustada en una delgada película de goma blanda. Una capa de caucho más rígida se aplica a la parte superior e inferior, obteniendo como resultado un sistema elástico. La capa central es súper suave y los componentes activos flotan en ella, protegidos por la interfaz externa que es más robusta. El sistema puede tolerar el 30 por ciento de estiramiento sin comprometer la capacidad de generación de energía.
Según los investigadores, el uso potencial de esta tecnología puede proporcionar un mayor control de la temperatura de la piel o la medición completa de los signos vitales a través de ECG, como la presión arterial, frecuencia respiratoria y oxigenación de la sangre. Los mayores beneficiarios serían los pacientes que sufren de trastornos musculares o neurológicos, que tienen la enfermedad de Parkinson. Además, situaciones como la hipertermia y la congelación podrían prevenirse usando la capacidad del dispositivo para controlar la temperatura en condiciones extremas.
Hasta ahora, el modesto rendimiento eléctrico y la rigidez de los materiales suponían un mayor reto al imaginar dispositivos electrónicos en miniatura que pudieran ser suaves y elásticos. Pero los investigadores tienen la esperanza de cambiar el escenario con su innovación revolucionaria. El equipo espera que el dispositivo pueda ser comercializado en los próximos dos años.
Fuente: ABC
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